publicado por La Túnica de Neso, mysyeryplanet.com.ar y greekreporter.com
El sarcófago ha aparecido bajo el suelo de la tercera cámara.
Los restos parecen pertenecer a un general de la época de Alejandro Magno.
Los arqueólogos que excavan el túmulo de Anfípolis, en la región griega de Macedonia, han encontrado los primeros huesos humanos, cuando ya se temía que nunca acabaría de desvelarse el secreto de quién fue inquilino de esta tumba monumental de la era alejandrina.
El ministerio griego de Cultura informó hoy de que los arqueólogos hallaron, a una profundidad de 1,60 metros debajo de la tercera cámara de la tumba, un sarcófago de piedra caliza con restos de un ataúd de madera y huesos humanos.

El sarcófago tiene una longitud de 3,23 metros y una anchura de 1,56 metros, pero durante las trabajos se han encontrado también restos de la estructura de esta tumba, que permite deducir que tenía por lo menos una altura de 1,80 metros.Los expertos examinarán los resultados en los próximos días, dijo el ministerio.Además, se han hallado dispersos trozos de hierro, clavos de cobre y elementos decorativos del ataúd.



Los resultados del análisis del esqueleto indican que en vida fue un hombre de piel blanca y cabello castaño o rojizo, algo que sugiere que también podría tener ojos claros. Se sabe que Alejandro Magno tenía ojos azules y cabello dorado o rojizo. Una fuente de la época afirma que su cabello era de un color castaño rojizo, y si nos guiamos por el famoso mosaico de Issos, vemos que esto probablemente era así. Por otro lado, los escritores romanos contaban que el cabello del rey guerrero macedonio era rubio oscuro, según Eliano el Táctico, «su cabello era naturalmente rizado y amarillo». De acuerdo a The Greek Reporter, se espera que las investigaciones sobre los restosconfirmen que el hombre era originario de la región de Tracia, al noreste de Grecia. También se revelarán detalles sobre la salud y dieta del hombre.

Katerina Peristeri, directora de las excavaciones en la tumba de Anfípolis, cree que el hombre era un prominente general y que la carencia de objetos preciosos o armas en el sitio del hallazgo se deben a diversos saqueos sucedidos en la antigüedad. Los resultados finales, que incluyen exámenes de ADN para determinar si era un miembro de la familia real macedonia, podrían tomar hasta ocho meses en estar disponibles. Los científicos compararán el ADN de los huesos hallados en Anfípolis con los del padre de Alejandro, el rey Filipo II, quien fue enterrado en Vergina; aunque la tarea no será sencilla. Los huesos de Filipo II fueron incinerados y los exámenes de ADN fueron hechos hace 50 años, por lo que temen que los resultados quizás tengan algún porcentaje de contaminación.
Las conjeturas continúan. Estos restos podrían no ser la únicos y el montículo funerario, de acuerdo a recientes datos geofísicos, incluiría una extensa red de cámaras subterráneas y corredores que asemejan un laberinto; sugiriendo además la posibilidad que haya más de una tumba allí. Mientras algunos aficionados a la historia antigua apuntan que un símbolo que se encuentra en la tumba es la marca del ancestral rey guerrero macedonio, expertos como Michalis Tiverios, profesor de arqueología de la Universidad de Thessaloniki, tienen una actitud más conservadora y piensan que los restos encontrados podrían pertenecer a Nearco, uno de los oficiales y hetairos de Alejandro Magno, quien creció en Anfípolis.
Lo cierto es que al parecer esta gigantesca tumba griega nos depara aún más misterios por resolver y cada nuevo descubrimiento dispara nuevas preguntas.