Publicado por El Mundo, imágenes de ibitimes.co.uk.
El mosaico representa el Rapto de Perséfone
La web Greektoys.org ha realizado una reconstrucción 3D de la tumba que puede verse en la siguiente dirección: https://sketchfab.com/models/dfe1cfa036614fdb81ac11245566cbbd/embed

Las incógnitas de la tumba de Anfípolis -no se sabe aún a quién pertenece- lejos de desviar el interés sobre sus secretos, no han hecho sino acrecentarlo. Una ansiedad mediática que ha disparado las especulaciones, teorías e hipótesis sobre la identidad de su morador. Desde quienes apuntan a la madre de Alejandro Magno, Olimpia, a los que sostienen que podría ser de su esposa Roxana.
Mientras ningún hallazgo estropee las expectativas de que el mausoleo pertenezca a un relevante miembro de la familia del rey macedonio, el interés mediático por la revelación de sus secretos obliga a los investigadores que trabajan en su interior a desmenuzar poco a poco, casi a cada paso, las nuevas evidencias que se están recopilando.

Con el anuncio ahora del hallazgo de un mosaico de 3 metros de alto por 4,5 de ancho -hace unas semanas fueron unas bellas cariátides, las pruebas de que se trata de un importante enterramiento que, dada la época 300 a. C., podría pertenecer a la familia del legendario conquistador macedonio parece cobrar fuerza. Formado por teselas de varios colores, el mosaico, que representa "el rapto de Perséfone" cubre todo el piso de un espacio que se cree que es la antesala de la cámara mortuoria principal de Anfipolis, la más grande de esa época hallada hasta ahora en el país heleno. La parte central ha desparecido, aunque se han hallado cerca piezas suficientes para poder reconstruirlo casi en su totalidad.

El rapto de Perséfone, según Wikipedia.org:
Perséfone (hija de Demeter, diosa de la Agricultura) estaba cogiendo flores inocentemente con algunas ninfas (y Atenea y Artemisa, según el himno homérico, o Leucipe, o algunas Oceánides) en un campo en Enna cuando Hades apareció, emergiendo de una grieta del suelo. Las ninfas fueron transformadas en las Sirenas por no haber intervenido. La vida quedó paralizada mientras la desolada Deméter buscaba por todas partes a su hija perdida. Hécate había oído sus gritos y sugirió a Démeter hablar con Helios, el sol, que todo lo ve, para que le contase lo que había pasado. Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone, enviando a Hermes para rescatarla. La única condición que se puso para liberar a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engañó para que comiese seis ,o cuatro según las fuentes, semillas de granada, que la obligaban a volver cada año un mes por cada semilla. En algunas versiones, Ascálafo contaba a los demás dioses que Perséfone se había comido voluntariamente las semillas de granada. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, cuando Perséfone volvía a los infiernos, la tierra se convertía de nuevo en un erial estéril.

